Una tarjeta de débito, es un instrumento bancario que permite usar el dinero de tu cuenta de banco para pagar en establecimientos físicos y tiendas en línea, su uso no tiene mayor complicación, mientras tengas dinero en tu cuenta, podrás acceder a él, sin embargo, hacer un uso activo de este tipo de instrumentos no es la mejor decisión, a continuación, te daremos algunas de las razones por las que no debes usar las tarjetas de débito y que te recomendamos en su lugar.
Acceso “Fácil” al dinero
Si bien con el paso de los años, las medidas de seguridad en el uso de tarjetas bancarias han mejorado, sigue siendo muy común los hackeos a las cuentas, y cuando se tiene el dinero “A la vista” en una tarjeta de débito, pueden robar todo tu dinero de un momento a otro.
Aunado a esto, los bancos suelen deslindarse de toda responsabilidad, pues en la mayoría de las ocasiones las cuentas se vulneran debido al descuido de los cuentahabientes, y no existe ningún tipo de seguro contra este tipo de robos.
Bajos o nulos rendimientos
Por otro lado, cuando tienes tu dinero depositado en una cuenta de débito, el banco tiene derecho a hacer uso una gran parte de tu capital para prestarlo, si bien suelen contar con una gestión de riesgo muy regulada, lo justo sería que, por esta operación, a los cuentahabientes se les pague un rendimiento, cosa que en la mayoría de los casos no ocurre, o si se les paga, suele ser mínimo.
Recomendaciones
Para evitar estas situaciones, te damos dos recomendaciones, la primera, hacer uso de tarjetas de crédito para realizar tus gastos del día a día, estos instrumentos son muy eficientes para llevar un mejor control de tus flujos de efectivo, pues permiten acumular los gastos del mes y pagarlos todos juntos una vez llegada la fecha de corte, además cuentan con el respaldo del banco emisor, así como de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) para cuando se presentan cargos no reconocidos.
La segunda recomendación es no tener el dinero “A la vista”, para esto existen opciones como la posibilidad de colocar tu capital en fondos de inversión de liquidez diaria, o simplemente “Ocultar” el capital en una cuenta a la que no se tenga acceso a través de un plástico, esta medida tan sencilla puede ahorrarte muchos dolores de cabeza en el futuro, y te dará la seguridad de que tu dinero se encuentra en un lugar seguro.