Las agencias calificadoras de riesgo son entidades que se dedican a evaluar el riesgo crediticio de cualquier empresa o gobierno que emita instrumentos de deuda; el riesgo crediticio es la posibilidad que tiene el inversionista de sufrir alguna pérdida o impago de esa empresa o gobierno.
Esta probabilidad de pago se convierte en la calificación que le asignan las agencias a la entidad, de modo que los inversionistas puedan evaluar si invierten o no en ese país o empresa gracias a la calificación que asignan las calificadoras.
Existen distintas empresas calificadoras de riesgo en el mundo que aunque suelen emitir juicios similares, llevan a cabo sus operaciones de forma independiente, esto para evitar conflictos de intereses y garantizar que se emita la calificación adecuada.
Las tres más grandes calificadoras de riesgo del mundo son Fitch Ratings, Moody’s y Standard and Poor’s, cada una de ellas utiliza escalas distintas al momento de asignar sus calificaciones, sin embargo coinciden clasificando los instrumentos de deuda en tres calificaciones:
- Positiva o de “Grado de inversión”: Significa que tiene capacidad para cumplir con sus obligaciones.
- De “grado especulativo”: Quiere decir que existe incertidumbre financiera sobre esa entidad.
- Negativa o de “Alto Riesgo”: Significa que es posible que suceda un impago.

Es importante recalcar que lo que estas empresas emiten es simplemente una opinión sobre la calidad crediticia de la entidad y no representan una recomendación de compra o venta de un determinado valor, es responsabilidad de los inversionistas elegir en que instrumentos van a invertir.
Cuando se trata de la evaluación de un país, a esta valuación se le suele nombrar calificación de riesgo soberano, esta calificación, evalúa la posibilidad de que un Estado cumpla adecuadamente sus obligaciones financieras, las calificadoras se basan en factores como el historial de pagos, la estabilidad política, las condiciones económicas y la voluntad de repagar deudas.